domingo, 1 de abril de 2018

La Teoría De Las Cuerdas


Hecha por: Víctor M. Oliveros Villena

La teoría de las cuerdas o de las supercuerdas es una teoría que una la mecánica cuántica, que es la disciplina de de la física encargada de dar una descripción de la naturaleza a escalas muy pequeñas y la relatividad, que es la teoría que describe el espacio-tiempo.

La teoría de las cuerdas nos dice que las partículas subatómicas protón, electrón y neutrón no existen, ni siquiera la interacción entre ellas. En cambio esta teoría nos cuenta que lo que de verdad existe son trozos de cuerda vibrante que son demasiado pequeños como para observarlos con los instrumentos actuales y que sustituyen a estas partículas. Cada una de estas cuerdas puede estar encerrada en un bucle o estar abierta y sus vibraciones son las que determinarían su tamaño y su masa.






Estas cuerdas pueden sustituir a las partículas subatómicas actuales debido a que al igual que estas, ellas también presentan relaciones de energía, masas y frecuencia de vibración.

Según esta teoría, existen diez u once dimensiones. Nosotros estamos y experimentamos en cuatro dimensiones (4D), por lo que las otras dimensiones de las que habla deberían de encontrarse según los científicos en un espacio compacto muy pequeño (10^-33 centímetros) que no somos capaces de detectar. Aunque también estas dimensiones podrían ser lo contrario a lo dicho y ser mucho más grandes que la nuestra y por tanto somos incapaces de medirla, si esto fuera verdad, nosotros estaríamos en un espacio extremadamente pequeño dentro de una de estas dimensiones.

Debido a la novedad que supone esta teoría se han realizado pruebas para comprobarla. La más famosa fue realizada en el año 1996 por dos científicos, uno de ellos procedente de Harvard. Para comprobarla simularon un agujero negro, los cuales presentaron mucha entropía, es decir, que tenía un gran nivel de desorden de las partículas. Sin embargo este agujero negro no era convencional ya que se basaron en la teoría de las cuerdas a la cual le proporcionaron un enlace con la fuerza de la gravedad para crearlo. El resultado fue que este experimento se basase más en la teoría de las cuerdas que en las fuerzas fundamentales en sí mismas, lo que hizo más creíble esta teoría.



Los agujeros negros    Hecha por: Nicolás López Castillejo




Los agujeros negros son los restos fríos de antiguas estrellas, tan densas que ninguna partícula material, ni siquiera la luz, es capaz de escapar a su poderosa fuerza gravitatoria.

Mientras muchas estrellas acaban convertidas en enanas blancas o estrellas de neutrones, los agujeros negros representan la última fase en la evolución de enormes estrellas que fueron al menos de 10 a 15 veces más grandes que nuestro sol.

Cuando las estrellas gigantes alcanzan el estado final de sus vidas estallan en cataclismos conocidos como supernovas. Tal explosión dispersa la mayor parte de la estrella al vacío espacial pero quedan una gran cantidad de restos «fríos» en los que no se produce la fusión.


En estrellas jóvenes, la fusión nuclear crea energía y una presión exterior constante que se encuentra en equilibrio con la fuerza de gravedad interior que produce la propia masa de la estrella. Sin embargo, en los restos inertes de una supernova no hay una fuerza que se resista a la gravedad, por lo que la estrella empieza a replegarse sobre sí misma.

Sin una fuerza que frene la gravedad, el emergente agujero negro encoje hasta un volumen cero, en cuyo punto pasa a ser infinitamente denso. Incluso la luz de dicha estrella es incapaz de escapar a su inmensa fuerza gravitatoria, que se ve atrapada en órbita, por lo que la oscura estrella se conoce con el nombre de agujero negro.

Los agujeros negros atraen la materia, e incluso la energía, hacia sí, pero no en mayor medida que otras estrellas u objetos cósmicos de masa similar. Esto significa que un agujero negro con la misma masa que la de nuestro sol, no «aspiraría» más objetos hacia sí que nuestro sol con su propia fuerza gravitatoria.

Los planetas, la luz y otra materia deben pasar cerca de un agujero negro para ser atraídos dentro de su radio de acción. Cuando alcanzan un punto sin retorno, se dice que han entrado en el horizonte de sucesos, un punto del que es imposible escapar porque requiere moverse a una velocidad superior a la de la luz.

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